DIA5
Expectante estas ahí, en esa fría barra de madera (Caoba), me distraje y te vi junto a mi.
Expectante estas ahí, en esa fría barra de madera (Caoba), me distraje y te vi junto a mi.
Yo nada orgulloso te saludé (pensando que un “hola” era todo).
Que equivocado estaba; cuando me miraste a los ojos, con esos ojos que brillan,
sentí un redoble dentro de mi, algo que en verdad no se describir.
Me dijiste al oído que deje lo que estaba haciendo (vaya metáfora).
Nunca me habías pedido eso, además, lo único que estaba haciendo era tratar de
concentrarme en lo que decías sin perder de vista tus ojos (cosa difícil),
puede que me estuviese pidiendo que deje mi vaso pero, para qué?, que escondía?.
Por eso dude, dude y mucho tu pedido. Pero después volví a ver tus ojos y confié,
y deje de hacer todo lo que estaba haciendo, o lo que pensé que estaba
haciendo, me quede en blanco para ver que seguía. Empezaste a caminar y te seguí,
era una sala oscura, de belleza no tenía nada, solo la alumbraban tus ojos. Tus
ojos, se han llenado de algo extraño (no hay descripción), después de eso no me
miraste más. Pero, sentí tus dedos en mi mano, luego me abrasaste, y sentí tu
cabeza apoyada en mi hombro.
Desde esa noche ya nada es igual.
Solo sueño con volver a escuchar esa canción, que para mí
fue una bendición.
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