EL CASO -HORRIBLE CASO-
Sin saber muy bien cómo ni por qué, he recaído
-una vez
más-
en esas
historias del pasado,
esos
fantasmas que no te dejan avanzar.
Y supongo
que debería reforzarme eso que ya sé,
eso que ya
llevo sabiendo todo este tiempo y, sin embargo,
aún sigo
intranquilo.
De pronto
ha estallado una burbuja, un pequeño recuerdo que me envolvía dulcemente.
Y es que
todo no fue más que un engaño,
una broma
de mal gusto tal vez.
Aún me
pregunto qué te hizo perder tu tiempo conmigo
y cuál era
el motivo de quererme hacer perder el mío también.
Pero eso
no lo he
sabido hasta ahora
y, ahora,
¿a quién le digo?
¿a quién
le pido cuentas?
Porque tú
ya te fuiste, como se van los veranos.
Te fuiste
como yo me fui,
y nunca
más nos encontramos a medio camino.
Ésta es la
historia de dos amantes que nunca se amaron, o que nunca supieron amarse.
Algún día
te veré en un café, quizás. Tú con tu apuntes y tu poesía, acompañando al
espresso de la tarde, y yo con mis malas decisiones.
Espero me
saludes.
Espero...
ya ni sé qué espero.
El caso
-horrible
caso-
es que
sigues ahí y no te borro.
El caso
-horrible
caso-
es que me
he dado cuenta de que verdaderamente nunca fuimos más que eso: amores
imaginarios.
Hasta
siempre y para siempre.
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