sábado, 21 de marzo de 2015

TU AUSENCIA Y YO

El recuerdo de una piel puede llegar a doler más que una quemadura. El recuerdo.

Te recuerdo, claro. De eso estoy hablando. De eso hablamos siempre tu ausencia y yo. Tú estás hecha a prueba de fuego y nada te rompe el corazón, ya lo sé. Ojalá, de verdad, ojalá pudiese yo también ser así. 

Me he sentado a esperar que pase el tiempo y que mis sentimientos más profundos me abandonen. Que vuelvas. Que vuelvas y me abandones otra vez. Abriendo de nuevo la herida a la que tus recuerdos echan sal. Mira, 

mírame otra vez. ¿Ves los recuerdos? 

Los recuerdos son heridas que supuran lo suficiente como para que, indefectiblemente, 

huelan a ti de Verde, de un Verde Mirar.

martes, 17 de marzo de 2015

EL CASO -HORRIBLE CASO-

Sin saber muy bien cómo ni por qué, he recaído
-una vez más-
en esas historias del pasado,
esos fantasmas que no te dejan avanzar.
Y supongo que debería reforzarme eso que ya sé,
eso que ya llevo sabiendo todo este tiempo y, sin embargo,
aún sigo intranquilo.

De pronto ha estallado una burbuja, un pequeño recuerdo que me envolvía dulcemente.
Y es que todo no fue más que un engaño,
una broma de mal gusto tal vez.
Aún me pregunto qué te hizo perder tu tiempo conmigo
y cuál era el motivo de quererme hacer perder el mío también.

Pero eso
no lo he sabido hasta ahora
y, ahora, ¿a quién le digo?
¿a quién le pido cuentas?
Porque tú ya te fuiste, como se van los veranos.
Te fuiste como yo me fui,
y nunca más nos encontramos a medio camino.

Ésta es la historia de dos amantes que nunca se amaron, o que nunca supieron amarse.

Algún día te veré en un café, quizás. Tú con tu apuntes y tu poesía, acompañando al espresso de la tarde, y yo con mis malas decisiones.
Espero me saludes.
Espero... ya ni sé qué espero.

El caso
-horrible caso-
es que sigues ahí y no te borro.
El caso
-horrible caso-
es que me he dado cuenta de que verdaderamente nunca fuimos más que eso: amores imaginarios.

Hasta siempre y para siempre.

lunes, 9 de marzo de 2015

RECUERDA

Recuerda cuando aún creías que podíamos 

construir nuestra propia historia. 

Recuerda, sencillamente. Detente y recuerda todo aquello de los colores,

de los desayunos en la cama, la complicidad.

Que el futuro era inexistencia, que el mundo no dejaba de ser, 

de alguna manera, una esfera y un caleidoscopio. 

Toda aquella poesía quizás metida a presión en los bolsillos, 

cuando hacías que tu libro de horóscopo chocase con mi sagitario, nunca sabrás lo que decía la pagina perdida.... puede que ahí este la clave.... el motivo.


Aquella lucha de titanes, y cuando callabas y cerrabas los ojos en busca de evitar cualquier sensación que no fuese mi olor y el tacto de mi piel. 

Tu capítulo 101, mi 93 desencriptado. 

Recuerda todos los imposibles que anclaste a aquellas sábanas,

recuerda las sábanas propiamente dichas. 

Las noches, las pasiones, tu respiración, la mía, 

el silencio y esa música tan única que sólo tocan los amantes.

Quererte. Besarte. Tenerte. 
Y el miedo.
Recuerda el miedo. 

Y que me fui.
Recuerda eso también.




Riégala.....


jueves, 5 de marzo de 2015

ELLA LE PIDIO Y LUEGO VOLÓ

La segunda vez que se conocieron fue de noche, probablemente con algunas cervezas de mas,
al límite de todo y con el brillo etéreo
del que puede cambiar de rumbo su vida.
Ella le confesó que era especialista
en que le rompan el corazón
y el le contó de aquella vez
que tuvo que saltar tres mil piedras
para llegar hasta los labios de una chica.

A la hora y dos cafés
ella mantenía sus ojos fijos
en las lineas que adornaban los de el
y se preguntaba si,
con los años,
sumaría otra que llevara su nombre.
El le pidió mas sonrisas
y le rogó que nunca lo abandonase en la rutina, ella simplemente le pidió que no le rompa el corazón.
Ninguno cumplió el pedido del otro.
Ella supo, de golpe,
que jamas entendería su forma de amarlo.
Ella vivía en el piso 5, el en el piso 10.
Ella se mudo de edificio.
Y se levantó, a mil kilómetros de él,
abandonando a aquel chico lleno de vías y caminos
que nunca la entendería
Pero se equivocó, los dos se equivocaron, los dos siguieron viendo el mismo tono
de verde.